"Ser tu propio jefe" tiene sus pros y sus contras. Hay determinadas profesiones en las que cada son más los que se lanzan a ser autónomos, lo que les supone más libertad, pero también muchas responsabilidades.
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Quizás te hayas planteado alguna vez dejar de ser una asalariado y convertirte en freelance. Cada vez más españoles toman este camino cuyo primer paso consiste en darse de alta como autónomo en la Seguridad Social.
Los números del Ministerio de Trabajo sobre el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) reflejan un aumento sostenido del número de freelance en los últimos cuatro años. En España, más de tres millones de personas trabajan por cuenta propia, lo que supone el 18% del total de afiliados a la Seguridad Social. Además hasta un 13% de los autónomos tienen empleados a su cargo, es decir, han generado un total de 800.000 puestos de trabajo.
El aumento de autónomos se explica a menudo como una consecuencia de la necesidad de reinventarse en tiempos de crisis. El trabajo asalariado está en un momento difícil en España y desde el Gobierno intentan promover el autoempleo con estrategias que causan un resultado desigual.
Hacienda y tú
Si has decidido comenzar tu andadura como freelance vas a tener esencialmente dos preocupaciones que te acompañará a lo largo de tu trayectoria: dónde encontrar clientes y qué tarifas cobrar.
Sin embargo, en el comienzo de esta aventura a lo que te enfrentarás será a la burocracia, encarnada por los funcionarios de Hacienda, a quienes visitarás en primer lugar, y los de la Seguridad Social, segundo paso.
De ellos dependerá tu alta como autónomo, la base de cotización que fijarás –suelen aconsejar que fijes la mínima–, la mutua que te cubrirá llegado el caso y una posible cotización por desempleo.
Una vez dado de alta, recuerda que tendrás que presentar una declaración del IVA cada tres meses en un documento que se convertirá en un imprescindible: el modelo 303 o de autoliquidación.
Además, con carácter anual, también será necesario que elabores una declaración de IRPF. Recuerda que Hacienda no envía el tradicional borrador a los autónomos, debido a que no conoce los gastos e ingresos de su actividad laboral de forma directa, como ocurre con otro tipo de cotizantes. El encargado de calcular las rentas o el rendimiento de la empresa es el propio freelance.
Este tipo de trámites suelen confiarse a una gestoría o una consultora, especialmente en los primeros meses de vida como freelance, aunque existen aplicaciones como Infoautonomos que pueden resultarte útiles.
Otra opción es llevar tú mismo tus propios números, sin ataques de pánico gracias a Fintonic, donde encontrarás las claves para que esas declaraciones de IVA e IRPF no se conviertan en un quebradero de cabeza.
Manual de supervivencia para freelance
A la hora de embarcarte en esta aventura deberás tener en cuenta una serie de claves para no perder el norte:
- Controla tus gastos, especialmente al principio. Si tu idea aún está en fase de desarrollo, sé prudente. Si tu proyecto exige una gran inversión inicial, quizá es una señal de que estás arriesgándote demasiado.
- El pluriempleo es poder. Los autónomos suelen ser creativos y multitarea, una garantía de calidad para quienes les paga, siempre que todos esos frentes abiertos no signifiquen una distracción.
- Aprende nuevas formas de entender el tiempo libre. Los freelance también tienen que descansar. Los autónomos se supone que están disponibles las 24 horas, 365 días al año, pero haz que tu empleador o cliente entienda que necesitas tiempo para hacerlo.
- Escucha a tus clientes, sobre todo a aquellos que están contigo desde el primer momento. Quienes han confiado en ti desde que empezaste como freelance.
- Toma nota de sus sugerencias, sus dudas, y aprende a responder sus preguntas. Esfuérzate en lidiar con las decepciones.
- Si tu primera idea no funciona, ve a por la segunda con un nuevo espíritu, y así sucesivamente. Detrás de todo fracaso hay una lección.
- Nunca pierdas de vista tu faceta administrativa. Es aconsejable tener siempre presentes los plazos del IVA, IRPF, etc. Recuerda que muchos gastos pueden deducirse cuando trabajas como autónomo.
- Lucha por ascender. Es importante poner en valor cómo trabajas día a día. Las reuniones semanales con tu cliente servirán como pequeños recordatorios de tu existencia y pueden ayudar a resolver incidencias.
Fuentes: Expansión.com y Fintonic.com